jueves, 1 de febrero de 2007

ESTRATEGIAS DE DESARROLLO ALTERNATIVAS

Nadie duda acerca de la influencia que el desarrollo tiene sobre la estructura de demanda y tampoco de la influencia que se puede ejercer sobre las estructuras de demandas eligiendo uno u otro camino para el desarrollo, creo que si el camino que elegimos es el del mercado libre, con cambios institucionales que permitan un adecuado control y regulación, o eliminación en su caso, de los monopolios pero con la menor interferencia posible en los procesos productivos conseguiremos incrementar la productividad y la producción pero... el incremento de la producción nos trae aparejado nuevos problemas provenientes de la imperiosa necesidad de incrementar las ventas para lo cual la receta es conquistar nuevos mercados externos pero... eso no es tan fácil.
Los mercados externos son difíciles de conquistar por varias razones muchas de ellas provenientes de la tecnología necesaria para la comercialización, distinta de la necesaria para la producción, lo que implica un desarrollo paralelo de los mercados de transporte, de almacenamiento, de empaque, de financiación, de comercialización. Una vez conseguido todos estos desarrollos e impuesto los productos en algún mercado nos vemos en la necesidad de mantener la certeza de entrega en calidad, cantidad y precios, unido al desarrollo de nuevos productos. Cuando cualesquiera de estas etapas falla se pierde el mercado, con la pérdida consiguiente de gran parte de las inversiones efectuadas. El país entero debe acostumbrarse al cambio necesario porque en cada una de las exportaciones modernas intervienen todos los servicios que en el país se prestan y buena parte de las líneas de producción. El cambio es grande, difícil de realizar completamente, riesgoso, caro y fundamentalmente lento.
Nuestro país tiene muchas ventajas para conseguirlo adecuadamente, y algunas desventajas, dentro de las cuales la principal es nuestra costumbre de respetar los compromisos en la menor medida posible. Un ejemplo simple es el respeto que le tenemos a nuestra Constitución, en cada caso tan vacuo como sea posible. Debemos cambiar nuestra mentalidad y con ella muchas de nuestras costumbres.
Una vez conseguido en buena medida todo lo enunciado nos encontraremos con que nuestras exportaciones se han incrementado lo suficiente para que los países importadores nos comiencen a tener en cuenta. En ese momento aplicarán medidas que impidan la entrada de nuestros productos a menos que les estemos comprando mucho, con lo cual caeremos en la necesidad imperiosa del desarrollo del mercado interno para absorber los productos extranjeros.
No debemos olvidarnos que en cada momento el mundo es como es no como fue. Los japoneses y alemanes tuvieron el gran mercado norteamericano que les sirvió para el salto productivo, nosotros no lo tendremos. Si bien el mundo sigue necesitando incrementos de liquidez ya no la necesita en la medida de los años cincuenta, sesenta, setenta y ochenta que le permitió a los yanquis producir dólares y cambiarlos por bienes extranjeros y ahora ya son muchos los países que quieren venderles cada vez en mayor cantidad.
En definitiva, ¿si a la larga vamos a caer en el desarrollo del mercado interno, porque no invertimos ahora en su evolución?
Si invertimos ahora en él disminuiremos el costo del crecimiento sostenido, convirtiéndolo en inversión, redituable en un plazo menor que las inversiones en el desarrollo de los mercados externos.
La mejor manera de hacerlo, por más barata y eficaz es la redistribución en efectivo de fondos obtenidos mediante impuestos neutros en la asignación de recursos (Benegas, 1984).

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